Los seguros con copago permiten recibir la misma calidad de servicios pagando menos prima anual, asumiendo parte del coste de las visitas por parte del asegurado.
El copago es una cantidad pequeña de dinero que se introduce en algunas pólizas de salud cada vez que se usa un servicio médico privado y que se suma a la prima que se abona por la póliza, cuyo coste básico será menor que una póliza sin copago. De esta manera se puede disfrutar de los servicios médicos privados por un coste más económico.
Quienes se decantan por un seguro médico con copago abonan la prima anual pero, además, pagan un poco más cada vez que acuden al médico. De esta forma, la póliza de salud resulta más económica y solo se paga una suma superior cuando es preciso.
Sin embargo, cabe puntualizar que el copago se genera sobre los diferentes servicios o actos de una visita, y no sólo por la visita en sí. Es decir, puede que acudamos al especialista y éste nos someta a dos pruebas distintas (radiografía y analítica, por ejemplo). En tal caso, pueden computarse hasta cuatro servicios: la prestación del especialista, la realización de las dos pruebas y la visita para posterior para informar de los resultados.
El importe que hay que pagar varía por cada tipo de acto médico, tipo de visita, de lo que se haga en ellas, de la póliza contratada y también de la compañía con quien se contrata el seguro, así que las ventajas y desventajas son muy variables.
Además, debemos tener en cuenta que hay pólizas en las que el valor del copago es fijo (siempre se paga lo mismo por el mismo tipo de servicio) y otras en que es progresivo. En este caso el copago empieza siendo de un valor más bajo y aumenta en caso de que haya una alta frecuencia de uso de la asistencia privada por parte del asegurado.
Ventajas e inconvenientes de los seguros con copago
Las ventajas de un seguro médico con copago son que el valor de la prima es más bajo que si se contratara el seguro sin él, teniendo en principio y según la póliza contratada, derecho a los mismos servicios. Además, al visitar a los especialistas y al realizarse las pruebas pertinentes el paciente paga mucho menos de lo que pagaría si no tuviera un seguro contratado.
En definitiva, podríamos concluir que el seguro con copago es el más recomendable para aquellas personas que quieren tener un seguro de salud a un precio asequible porque no acuden al médico con demasiada asiduidad.
Con un seguro médico sin copago, en cambio, no tienes que preocuparte por las veces que acudas al médico ó el número de pruebas que te tengas que realizar, ya que tendrás un gasto único y fijo, sin sorpresas ni encarecimientos a final de mes. Es la opción más tranquila para familias con niños pequeños y personas mayores entre otros colectivos.
Los copagos más habituales dentro de las compañías de seguros de salud son los siguientes:
- Medicina general
- Pediatría
- Hospitalización
- Uso de ambulancia
- Urgencias
- Análisis:
- Segunda opinión médica
- Preparación al parto
- Rehabilitación
- Otros servicios como enfermería, inyecciones o curas
Las compañías de seguros consiguen con esta medida limitar el uso excesivo e innecesario de servicios de asistencia sanitaria privada por parte de los asegurados. El copago se convierte así, en un efecto moderador del uso del seguro médico.